El pasado viernes 3 de Octubre se aprobó la Ley de Fomento de la Financiación Empresarial en el Consejo de Ministros. Tal y como ya informamos hace varios meses en este post, el modelo de crowdfunding que se pasa a regular no se corresponde con el que practica Goteo, ni por tanto nos afecta, ya que el texto aprobado pretende regular la actividad de equity crowdfunding (inversiones) y el crowdlending (préstamos) y no el crowdfunding de recompensas y/o donaciones.
En cualquier caso, desde Goteo no estamos en contra de que exista regulación para la financiación colectiva, en cualquiera de sus variantes, siempre y cuando ésta se formule en beneficio para los impulsores de las iniciativas y las personas que apoyan económicamente esos proyectos, y en aras de incentivar un sector que está permitiendo el desarrollo de iniciativas de gran valor en España, generando recursos complementarios, experiencias de autoempleo e independencia financiera de las tradicionales entidades bancarias.
Como ya comentamos en la última ocasión, desde su nacimiento Goteo ha sido pensado como un modelo viable en términos jurídicos, beneficioso a nivel fiscal y escalable. En ese sentido, con el fin de proporcionar más garantías a cofinanciadores y siguiendo nuestra misión social, este año hemos comenzado un protocolo de seguimiento de los retornos generados por los proyectos financiados con éxito en Goteo. Así, además de asegurar que no exista fraude y fortalecer el compromiso de los impulsores y la confianza de los cofinanciadores, proponemos un modelo que haga visible y trazable el valor que generan para toda la sociedad las innovadoras y valiosas iniciativas que se financian mediante crowdfunding en Goteo.
Tras una primera lectura del texto aprobado por el Gobierno, si el propósito es proteger a inversores o mejorar la financiación de las PYMES, las limitaciones que contiene el texto regulador nos parecen medidas ineficaces. El emprendimiento a través del crowdfunding fuerza a crear una dimensión social en los proyectos empresariales que utilizan este medio de financiación, para generar confianza y movilizar el apoyo de sus potenciales cofinanciadores, fenómeno ausente en los mecanismos de acceso a financiación tradicionales. Las personas que recurren a la financiación colectiva para obtener microinversiones múltiples están decidiendo obtener la confianza de otras personas para poner en marcha sus iniciativas, exponer el valor de su proyecto y construir una comunidad que les apoye, en lugar de recurrir a una entidad bancaria que juzgue el valor del proyecto únicamente por su capacidad para generar el rendimiento económico y decida su apoyo en función del riesgo.
El crowdfunding, por sus características esenciales, contribuye a poner la economía al servicio de las personas y, en este sentido, se está asentando como una herramienta para la generación de iniciativas de innovación social, donde comunicar, expresar y testear el valor del proyecto tiene más sentido que nunca. Limitar la inversión posible en estas iniciativas supone un freno más que una garantía que, por otra parte, debería venir dada por la inversión estatal y del sector privado, por ejemplo en formación en estas nuevas formas de financiación colectiva para que la ciudadanía pueda acceder con consciencia y conocimiento a recursos para poner en marcha sus proyectos. Por nuestra parte así lo creemos y lo tratamos de poner en práctica, habiendo formado ya a más de 1.500 personas en crowdfunding de donaciones mediante nuestros talleres #LearnByFunding, colaborando con varias entidades públicas y privadas para promover esta formación en todo tipo de contextos: educativos, tecnológicos, artísticos, cooperativos, etc.
También desde Goteo trabajamos e invitamos a otros agentes a considerar el desarrollo del crowdfunding como una oportunidad para generar bienes comunes, en clave de contenidos abiertos bajo licencias Creative Commons y similares, como forma de nutrir el procomún digital, generando un compromiso entre impulsores y su comunidad, pero también para permitir mayor apertura y libertad para la participación en la producción del proyecto en sí. El crowdfunding de donaciones como testeo y paso previo de proyectos abiertos para la posterior búsqueda de microinversiones puede ser el camino para seguir alimentado la emergencia de ese nuevo universo de modelos de negocio non-profit y orientados hacia un propósito social real, en lugar del modelo de maximización de beneficios y crecimiento perpetuo al margen de las necesidades de la sociedad.
Nos maravilla ver cómo la inteligencia ciudadana se hace patente con cada proyecto recibido, cada euro donado y cada colaboración promovida. Generar buenas oportunidades para la abundancia y no restricciones para la escasez nos parece la clave para, realmente, apoyar estas nuevas fórmulas de financiación y favorecer el impulso del sector.