Hoy, con el corazón lleno de gratitud, quiero compartir con la historia de nuestro festival rural, un sueño que se convirtió en realidad gracias a la colaboración, esfuerzo y amor de cada persona . Lo que comenzó como una idea para celebrar la cultura y el arte en nuestra comunidad ha superado todas nuestras expectativas, no solo por la calidad artística que logramos, sino también por la profunda conexión humana que se vivió.
Gracias a quienes aportaron en la campaña para hacer posible este evento. Su generosidad fue la chispa inicial que nos permitió soñar en grande y construir algo hermoso. Cada aporte, sin importar su tamaño, fue un pilar fundamental para el éxito de nuestro festival.
A quienes asistieron al festival, queremos agradecer de todo corazón vuestra presencia no solo dio vida a este evento, sino que también llenó de alegría y energía nuestro espacio. Fue maravilloso ver cómo disfrutaron, compartieron y se dejaron envolver por la magia de las presentaciones, las charlas y los encuentros.
A las personas que trabajaron incansablemente antes, durante y después del festival, nuestro más profundo agradecimiento. Su dedicación, compromiso y pasión son la esencia de lo que hemos logrado. Sabemos que sin su esfuerzo, nada de esto hubiera sido posible.
Y finalmente, a nuestras queridas voluntarias, quienes con su entrega y entusiasmo hicieron que cada detalle contara. Sois el alma de este festival, demostrando que cuando se trabaja con el corazón, los resultados son extraordinarios.
Nuestro festival fue un éxito no solo por la calidad artística, sino por el espíritu comunitario que se creó. Hemos construido algo que perdurará en el tiempo, un legado de colaboración, arte y humanidad que nos une y nos inspira a seguir adelante.
Gracias por creer, por participar y por hacer de este festival una experiencia inolvidable.
Con todo nuestro cariño,
Equipo PitaFesta