Antes de abandonar la provincia de Teruel el rio Mijares forma un valle en el que, desde la época de la dominación árabe se han venido realizando aprovechamientos para riego. Las acequias y sus huertas abancaladas han conformado un paisaje singular en el que cada meandro del río es ocupado por una de las aldeas del término de Olba rodeada de sus correspondientes bancales perfectamente integrados en el entorno.
Pero el abandono de los usos tradicionales, la despoblación del medio rural y la falta de competitividad de estas tierras, fértiles y con agua de riego abundante pero difíciles de mecanizar por la elevado pendiente, amenazan con hacer desaparecer un modelo que no supone solo una forma de producción agraria si no que conlleva un ecosistema en el que la alternancia de zonas cultivadas con bosques de ribera y zonas de monte incrementa notablemente la biodiversidad.
Además de un patrimonio histórico y cultural, si dejamos que se pierdan los regadíos, estaremos privando a las viviendas de una franja cortafuegos que les separa del bosque que hoy ocupa nuestras laderas y que supone la mejor protección en caso de que se produzca un incendio forestal.
El crecimiento urbanístico propiciado por un desarrollo cada vez mas orientado al turismo que hace que, paradójicamente, aunque desciende la población, aumenta la demanda de viviendas, amenaza también con matar la gallina de los huevos de oro acabando con el mayor atractivo que, hoy por hoy se puede ofrecer al turismo y que no es otro que el paisaje.
Somos cada vez menos las personas que peleamos por mantener un sistema que agoniza, por que el agua que da la vida, siga corriendo por las acequias y llegando a rincones que, sin ella, serían polvorines altamente inflamables. Por eso necesitamos ayuda…
La comunidad de regantes tiene un presupuesto, procedente de las cuotas de los usuarios en torno a los 8.000 € anuales incluida alguna aportación puntual del ayuntamiento. Con eso se viene cubriendo mal las labores de conservación. Pero el proyecto que se pretende financiar es un intento de adecuar la infraestructura, ya que cada año nos resulta más dificil el mantenimiento
Nuestro objetivo es mantener limpia y en uso, la red de acequias del valle de Olba - Teruel
El agua es indispensable para la vida, la agricultura, la ganadería y la defensa del patrimonio forestal en caso de incendio.
Este proyecto va dirigido a facilitar los recursos y herramientas necesarios para que, el grupo de personas que limpian las acequias, puedan realizar su trabajo para el bien común de todo el valle.
Desde hace años se organizan jornadas para la limpieza y mantenimiento de las acequias. La propuesta la lanza la comunidad de regantes que es una comunidad sólida. El equipo que llevará el proyecto somos los que estamos en este grupo